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sábado, 25 de octubre de 2014

ANÁLISIS - Dishonored

dishonoredcover

GÉNERO: Infiltración
DESARROLLADORA: Arkane Studios 
DISTRIBUIDORA: Bethesda Softworks 
VERSIONES: PC, PS3. Xbox 360 
FECHA DE LANZAMIENTO: 12.10.2012 
VERSIÓN ANALIZADA: PC

EL ALUMNO AVENTAJADO


Nombres tan ilustres como Deus Ex, Metal Gear Solid, Splinter Cell o Thief, han conseguido hacer de la infiltración todo un arte, y lo más llamativo es que cada saga ha abogado por un estilo propio, cada cual con sus seguidores y detractores, pero todas igualmente interesantes. A estas alturas ofrecer algo nuevo dentro de este subgénero es harto complicado, pero Dishonored se las ha apañado para coger un poquito de aquí y de allá, y al mismo tiempo darle un toque de personalidad único. ¿El resultado? Pues un producto que no solo compite con los más grandes, sino que en más de un aspecto les da una buena paliza, metafóricamente hablando claro está.

Dishonored1

La acción nos traslada a la antaño magnífica ciudad de Dunwall, ahora desolada por una misteriosa plaga de peste. Corvo Attano, el protagonista de la aventura, es acusado injustamente de la muerte de la Emperatriz, y como consecuencia, encerrado en una prisión de máxima seguridad en espera de su ejecución. Cuando todo parece estar perdido, unos opositores al régimen liberan a Corvo, el cual deberá luchar hasta llevar al trono a la hija de la Emperatriz, Emily, secuestrada por los tiranos. Dishonored cuenta con una ambientación un tanto particular, en un mundo imaginario cuyos entornos guardan similitudes con la época victoriana, pero que a su vez goza de ciertos avances científicos. Por mucho que las construcciones y atuendos de los ciudadanos evoquen épocas pasadas, hay barcos, trenes y demás maquinaria propulsada por motores. Y cómo no, también hay "brujería" que confiere poderes extraños tanto a Corvo como a algunos personajes del juego, siendo este uno de sus principales baluartes.


Dishonored2Dishonored ofrece un desarrollo en primera persona en el que se premia la habilidad del jugador por pasar desapercibido. Cada misión consta de un escenario abierto repleto de posibilidades, de rutas ocultas, de caminos que parecen inaccesibles pero que estrujándonos un poco el cerebro, podemos llegar a ellos. En este sentido, Dishonored no cae en el recurso fácil del conducto de ventilación ya  visto hasta la náusea en otros juegos del género, sino que va un pasito más allá. La libertad de acción es casi total, no solo hay dos o tres formas fijas de acceder a un sitio, sino que hay más, muchas más de las que en principio podemos pensar. Siempre hay un objetivo principal, pero también hay objetivos secundarios que suponen una recompensa no solo narrativa, sino que también nos desvela secretos, personajes y caminos ocultos que de haberlos obviados, ni habríamos caído en su existencia. Parece como si todo el escenario fuese un macro puzle con múltiples soluciones, y cada jugador puede escoger la que más le convenga en función de su estado de ánimo. Pocos, muy pocos juegos, me han ofrecido esa sensación de libertad, de poder hacer lo que quiera, de perderme por los escenarios y experimentar con las habilidades de Corvo, a ver qué ocurre.
Dishonored3Y es que dichas habilidades, o poderes, son otro de los magníficos recursos que propone Dishonored. A través de unas runas que hay diseminadas por los niveles, Corvo puede ir adquiriendo poderes que le permitirán ser un auténtico experto del sigilo, como el teletransporte, la ralentización del tiempo, la posesión de animales, la visión tenebrosa o la ráfaga de viento entre otros. Su uso, aparte de espectacular, es recomendable a la hora de superar los niveles, aunque también es cierto que no todos están igual de calibrados. Por ejemplo el poder de teletransporte es un auténtico chollo con el que puedes pasarte casi la totalidad del juego haciendo únicamente uso de él. Ir de cobertura en cobertura casi se manera instantánea, y ponernos a la espalda de los guardias sin ser detectados es una gozada, pero ello no quita para que sepamos apreciar, y usar, el resto de poderes para ser lo más efectivo posible.

También hay lugar para habilidades más terrenales como acabar con los enemigos, dejarlos inconscientes, y ocultarlos de las miradas ajenas. Lo bueno de estas acciones es que tienen consecuencias no solo dentro del nivel, sino a lo largo de todo el juego. Si hemos dejado un reguero de cadáveres a nuestro paso, la peste se verá reforzarda y las calles se inundarán de ratas e infectados que nos pondrán las cosas más difíciles. Entre tanta infiltración también hay sitio para momentos de acción con armas de corto y largo alcance, que si bien no suponen el grueso de la aventura, es probable que tengamos que usarlas en más de una ocasión; y tampoco faltan a la cita los hackeos de máquinas que nos facilitarán el acceso a determinadas zonas.

Dishonored4

En materia técnica nos volvemos a encontrar con el ultrausado Unreal Engine que en esta ocasión hace su trabajo sin muchas fisuras. En este sentido el estilo gráfico escogido juega mucho a su favor, ya que la amplitud de los escenarios y su fantástico diseño enmascara algunas carencias, sobre todo en cuanto al modelado de personajes se refiere. No hay texturas maravillosas ni grandes efectos de post procesado, pero la verdad es que es un juego que se deja ver muy bien, es más, hay momentos muy brillantes en los que los rayos del Sol inciden sobre partes del escenario. El acompañamiento musical es bastante escueto, apenas hay alguna melodía ambiental entre niveles, por lo que todo el peso recae sobre los efectos sonoros y un notable doblaje al castellano.

Como veis, Dishonored es todo un compendio jugable de lo mejor del género, que destaca por una libertad de acción como pocas veces he tenido la oportunidad de disfrutar. Además, es un título altamente rejugable, ya no solo por sus tres finales diferentes, sino porque cada nivel es un mundo por sí mismo capaz de ser resuelto de innumerables formas. Superar una misión puede llevarte una hora, o por qué no, el triple de tiempo, depende de lo que nos dé por investigar. Y precisamente ahí reside su encanto, el de perderse por sus escenarios experimentando con los poderes encontrando rutas alternativas, en definitiva, el de ser un juego que sabe premiar nuestra curiosidad como pocos.

LO MEJOR 
La libertad de acción es total. 
Las habilidades y poderes de Corvo.

LO PEOR 
Algunas habilidades son demasiado buenas. 
El último nivel es algo flojo para ser "el último".

NOTA: 80

Creeping.

3 comentarios:


  1. Efectivamente es un juegazo, y coincido contigo en que algunas habilidades son demasiado buenas y hacen que a partir de la mitad del juego la dificultad baje muchísimo. Yo al final para que fuese un poco más difícil el juego opté por no gastar más puntos en habilidades.

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  2. Ojo, la dificultad baja en los niveles medios de juego (Fácil o Normal) por que en los niveles altos... Es brutal...

    A mi el nivel final me ha encantado, sobretodo a nivel de diseño. Eso si el "boss" final queda reducido a una propuesta simple... Deberían haber tocado un poco mas eso. Pero bueno, lo bonito de ese nivel es las posibilidades que tiene en diferentes partidas (Caos bueno, neutral o caos total) en que cambia al 100% el diseño del nivel y los eventos que ocurren dentro de él.

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  3. Yo lo jugué en nivel Difícil (si hay cuatro niveles, en el tercero) y me pareció bastante asequible. Lo que más me decepcionó fue que en el último nivel no me mataron ni una sola vez, es decir, me lo pasé del tirón. En este sentido lo sentí algo desequilibrado, pero el resto del juego me pareció impecable.

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