ANÁLISIS - Deponia

GÉNERO: Aventura gráfica
DESARROLLADORA: Daedalic Entertainment
DISTRIBUIDORA: Daedalic Entertainment
VERSIONES: iPad, Linux, OS X, PC, PS4
FECHA DE LANZAMIENTO: 27.01.2012
VERSIÓN ANALIZADA: PC

UN COMIENZO MUY PROMETEDOR

En las típicas frases publicitarias que intentan venderte Deponia he llegado a leer afirmaciones tan sorprendentes como que es "el juego de LucasArts alemán", y aunque yo no iría tan lejos, puedo llegar a entender la comparación. Daedalic Entertainment, compañía ya experta en el género, ha creado una aventura gráfica que no oculta sus influencias noventeras, es más, las busca y explota con el ímpetu de ese alumno aventajado que imita a su profesor, pero que a pesar de los esfuerzos no consigue llegar a su nivel. De los clásicos del género, y en especial del catálogo de LucasArts, intenta trasladar sus señas de identidad a nuestros días sin que por el camino se pierda la frescura de antaño. Hablo del humor tan característico que impregnaba cada diálogo, cada situación, cada descripción de un objeto; o de ese desarrollo de puzles abierto, cuya ausencia tanto echo de menos en las aventuras gráficas actuales. Y Deponia cumple en todo más que dignamente.

La historia gira en torno a Rufus, el típico anti héroe que lucha con todas sus fuerzas por escapar de Deponia, un mundo cubierto de chatarra cuyos ciudadanos han sido abandonados a su suerte. ¿Destino? El Elíseo, una especie de paraíso idealizado en el que además, hay chicas de buen ver. Casualidades de la vida, Rufus conoce a una de esas "elíseas buenorras" y la cosa termina complicándose más de lo que en un principio pensaba. Bajo este trasfondo inocente de "chico conoce a chica", se puede entrever una crítica velada sobre las distinciones de las clases sociales, pero siempre desde un punto de vista simpático y sin querer meter el dedo en la llaga. Al fin y al cabo Deponia busca el disfrute de sus personajes, muchos de ellos alocados y divertidos, y ya de paso hacerte partícipe de las situaciones que viven en un entorno cubierto de mugre. Puede que estén en un mundo repleto de piezas desechadas, pero también en un mundo rico en matices.

Esa riqueza se ve refrendada por un desarrollo abierto, como debe corresponder a toda buena aventura gráfica. Deponia ha sabido desmarcarse de la tendencia actual que hay en el género de hacer juegos muy lineales, en los que apenas hay dos o tres pantallas que explorar para resolver un puzle concreto. Aquí, prácticamente desde el principio, tienes acceso a un buen puñado de localizaciones y lo que es más importante, una ristra de puzles a resolver cuya complejidad se encuentra dentro de lo habitual en el género, unos muy lógicos y otros algo rebuscados. Más allá de ir examinando todos los objetos y combinarlos entre sí como un loco, que también, aquí se juega mucho con pistas sutilmente camufladas en los diálogos, lo que me parece todo un acierto. Además, Deponia es de esas aventuras gráficas cuyos diálogos, aparte de divertidos e ingeniosos, te cuentan lo justo y necesario para que conozcas a los personajes y el trasfondo de la historia, pero no se enrollan en largas descripciones o en reflexiones constantes que se terminan haciendo pesadas.

El planteamiento abierto que mencionaba anteriormente, se reparte a lo largo de tres actos principales de los cuales el primero me ha parecido el más complejo con diferencia, tanto a nivel de diseño como de dificultad. No es que los otros sean un paseo o estén mal planteados, pero da la sensación de que los chicos de Daedalic empezaron "fuerte", y a medida que el desarrollo avanzaba se volvieron un poco más indulgentes y menos creativos a la hora de diseñar puzles. El resultado es un juego que puede hacerse algo durillo al principio, sobre todo si no eres un habitual del género, pero una vez superado el primer acto puedes acabártelo casi del tirón. Además, se nota que Deponia nació como la primera parte de una trilogía, porque aunque la experiencia global resulta plenamente satisfactoria, llegar a los créditos finales solo sirve para dejarte con la miel en los labios. Ojo, Deponia es un juego completo, pero tras acabarlo lo primero que piensas es en comprar su segunda entrega más pronto que tarde.

Visualmente se ha recurrido a la siempre agradecida estética 2D con fondos dibujados a mano, en los que se refleja esa mezcla entre pobreza y el optimismo de sus ciudadanos a pesar de las condiciones en las que viven. El único "pero" que he encontrado en el apartado técnico, y sin que sea algo sangrante, es la falta de unas animaciones algo más elaboradas, ya que un juego con más de dos décadas a sus espaldas como Day of the Tentacle ya las tenía prácticamente iguales o mejores. Este hecho contrasta con la aparición de una docena de secuencias animadas de grandísima calidad, y también de corta duración, que bien podrían pasar por una película de dibujos. No quiero dejarme en el tintero un apartado sonoro bastante notable en el que destacan algunas melodías muy pegadizas, y sobre todo, un doblaje al castellano de excelente factura -gracias FX Interactive-, probablemente de los mejores que se pueden encontrar dentro del género.

Ya para finalizar, con Deponia queda demostrado que en el género de la aventura gráfica no necesita de ningún tipo de revolución para tener éxito. La fórmula parece sencilla, basta con crear una historia atractiva, dotarla de buenos personajes y aderezarla con unos cuantos puzles de cierta calidad. Pero la realidad es que la combinación de dichos ingredientes no siempre sale bien, hay que saber mantener un equilibrio entre ellos y no todos los juegos lo consiguen, afortunadamente no es el caso de Deponia. Y ahora os dejo, que tengo que ver qué le pasa a Rufus y a la elísea buenorra en su continuación.

LO MEJOR 

Buen diseño de puzles en general. 

El humor que rodea toda la aventura. 

Doblaje de gran calidad.

LO PEOR 

La historia se queda a medias.

7/10

Creeping.