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sábado, 12 de enero de 2019

ANÁLISIS - Mad Max

GÉNERO: Sandbox
DESARROLLADORA: Avalanche Studios
DISTRIBUIDORA: Warner Bros Interactive
VERSIONES: PC, PS4, Xbox One
FECHA DE LANZAMIENTO: 04.09.2015
VERSIÓN ANALIZADA: PC

LOS PEORES VICIOS DEL GÉNERO


¿Se puede criticar duramente un juego al que le has dedicado más de treinta horas, y con el que te lo has pasado relativamente bien? Puede parecer una pregunta hipócrita, pero jugando a este Mad Max me la he planteado en más de una ocasión. Podría decirse que Avalanche Studios, la compañía tras la franquicia Just Cause, no se ha complicado excesivamente a la hora de trasladar una licencia tan jugosa como esta al mundo del videojuego, y más ahora que le película/reboot está reciente como aquel que dice. El trasfondo de un futuro formado por desiertos y pequeños reductos de seres humanos, se presta mucho a recrear espacios enormes salpicados de "zonas calientes" donde dar rienda suelta a las habilidades del protagonista. Blanco y en botella. Sandbox de libro correctamente ejecutado, pero al mismo tiempo, repleto de los peores vicios del género.


De la historia tampoco hay gran cosa que contar. Max, el protagonista de la aventura, es un tipo que vive atormentado por la muerte de sus seres queridos. Su coche es la única cosa a la que tiene cierto apego, y resulta que unos cabronazos capitaneados por un tal Scrotus, se lo roban tras una paliza considerable. El resto ya te lo puedes imaginar. Una historia de venganza que te llevará a mejorar no solo tus habilidades como luchador, sino también las posibilidades de tu nuevo coche de "segunda mano", todo para acabar con Scrotus y sus secuaces.


El desarrollo de Mad Max es muy similar al que puedes encontrar en cualquier otro sandbox. Un mundo enorme que recorrer y plagado de cosas que hacer compuesto de misiones principales y secundarias, un árbol de habilidades para el personaje principal, y en este caso además, un montón de mejoras con las que equipar a nuestro vehículo, siendo este uno de los apartados más molones del juego. El Magnus Ops, bautizado así para la causa, empieza siendo un cochecillo débil y poco potente, pero se puede mejorar de múltiples maneras hasta convertirlo en un auténtico tanque equipado con un potente V8 capaz de sembrar el terror a su paso. El desierto es un lugar extremadamente peligroso como para recorrerlo "a pelo", y no son pocos los encontronazos con otros coches rivales dispuestos a reventar tu montura con tal de quedarse con tu gasolina. Sin duda estos enfrentamientos son de lo mejorcito del juego, ya que has de machacar a tus rivales mediante embestidas y haciendo uso de los diferentes gadgets que hayas montado en tu vehículo.

Y a partir de aquí llega lo más mundano del juego, cuando nos bajamos del Magnus Ops y vemos que muchas mecánicas jugables se repiten una y otra vez sin apenas alicientes más allá de acumular chatarra para canjearla por mejoras. Liberar campamentos, derribar espantapájaros, desactivar minas, participar en carreras... Actividades algunas más divertidas que otras, pero que se repiten en todos los sectores que conforman el mapa del juego con variaciones mínimas entre ellas. Ni siquiera el desarrollo de las misiones principales consiguen destacar respecto a otras actividades secundarias, salvo por alguna secuencia animada tras terminarlas. Sin ser nada del otro mundo, liberar campamentos requiere de una planificación previa, muy ligera eso sí, para ver por donde entrar o cómo evadir las defensas, pero una vez superada dicha barrera, nos encontramos con el típico sistema de combate que es una copia descarada del ya visto en los Batman de Rocksteady. Funciona bien y sigue siendo igual de divertido que siempre, pero la escasa dificultad de las peleas, jefes finales incluidos, hace que se sienta un poco descafeinado. Y cómo no podía ser de otra manera, también hacen acto de aparición las atalayas que descubren parte del mapa, esta vez en forma de globos que has de liberar previamente.

Se ha querido incluir cierto componente de supervivencia al juego, sin mucho éxito todo sea dicho. Supuestamente hay que estar ojo avizor de los niveles de gasolina del coche, y de la sed del protagonista, pero la realidad es que hay de sobra de todo, tanto es así que al poco de empezar a jugar te olvidarás de ellos. Y es que más allá de los iconos que aparecen en el mapa, que son muchos, tampoco merece la pena perderse por ahí a ver qué sorpresas te puede deparar el yermo. Esto no es, ni de lejos, un Zelda: Breath of the Wild en el que cualquier rincón del mapa merece ser visitado, y salvo algún encuentro aleatorio con enemigos de distintas facciones, hay muy poco que resulte de interés. Gran parte del escenario se siente como un mero decorado, que sin duda aporta su granito de arena a la ambientación, pero que al mismo tiempo está muy desaprovechado. Igualmente la interacción con los elementos del entorno está muy limitada, incluso para saltar un montículo has de hacerlo en los puntos marcados en color amarillo. Es, en definitiva, una experiencia muy dirigida que contrasta con la amplitud y supuesta libertad de todo lo que te rodea.


Mad Max es un juego cumplidor pero poco ambicioso desde el punto de vista jugable. A pesar de copiar descaradamente mecánicas y desarrollo de otros juegos del género, tiene la virtud de hacerte pasar momentos muy buenos, y eso también tiene su mérito. Es un título ideal para disfrutarlo a trocitos. Hazte una misión principal, libera algún campamento, asalta un convoy y a otra cosa. Si por el contrario eres de sesiones maratonianas, ojito, porque este juego puede acabar saturándote como pocos.

LO MEJOR
Las escenas de combate en coche son muy divertidas.

LO PEOR
Desarrollo muy repetitivo.
Trasfondo completamente desaprovechado.

6/10

Creeping.
     

2 comentarios:

  1. "...todo para acabar con Scrotus y sus secuaces."
    Te corrijo: matas a Scrotus en el video del comienzo del juego y el objetivo real es llegar a ciudad gasolina para coger cantidad suficiente para atravesar el gran blanco (el lecho oceanico seco)

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    Respuestas
    1. Hola Tarui.

      Scrotus no muere en la presentación, aunque coincido que por la herida que le inflige el protagonista, podría pensarse que sí. El final boss es precisamente derrotar a Scrotus.

      Saludos.

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