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sábado, 15 de febrero de 2020

ANÁLISIS - The Messenger


GÉNERO: Plataformas
DESARROLLADORA: Sabotage Studio 
DISTRIBUIDORA: Devolver Digital 
VERSIONES: PC, PS4, Switch 
FECHA DE LANZAMIENTO: 30.08.2018 
VERSIÓN ANALIZADA: PC

METAMORFOSIS NINJA


The Messenger es la enésima producción que intenta hacerse un hueco en el mercado tirando de nostalgia. Su aspecto gráfico recuerda mucho al de los juegos de la mítica Nintendo, y si quieres buscarle un referente actual podrías encontrarlo mismamente en Shovel Knight. Pero a diferencia de este, que es uno de los mejores títulos indie de los últimos años, todo parece algo menos cuidado, desde el apartado artístico hasta el propio diseño de niveles. Podría decirse que es una copia que no termina de cuajar como sí lo hizo el título de Yatch Club Games... ¿O no?


Este podría haber sido el párrafo de introducción tras haber jugado las primeras horas, pero como se suele decir, en un giro inesperado de los acontecimientos, el juego da un cambio radical. A diferencia de lo que suelen hacer muchos estudios de desarrollo, los cuales ponen especial énfasis en los niveles iniciales para enganchar al jugador, en The Messenger ocurre exactamente todo lo contrario. A pesar de que gráficamente tiene su encanto y que las melodías chip tune resultan muy pegadizas, el desarrollo de las fases no es especialmente atractivo. No hay secciones de saltos complejas, ni enemigos que te hagan sudar ni siquiera un poquito, digamos que como juego de plataformas no está mal, pero de ahí no pasa.  Puede que incluso se te pase por la cabeza abandonar el juego, como hice yo mismo en dos ocasiones, pero si aguantas un poquito obtendrás una recompensa brutal.


El juego te pone en la piel de un ninja que por motivos que se explican al comienzo del juego, le toca llevar un manuscrito a la cima de una montaña. El resto de la historia se desarrolla mediante diálogos con otros personajes, siempre en clave de humor, y secuencias animadas que aparecen normalmente tras abatir a un enemigo final. A pesar de tratarse de un simple plataformas, el argumento tiene bastante peso en el conjunto, por lo cachondo que resulta, y sobre todo porque termina condicionando el desarrollo del juego para bien. Hay un momento de la aventura, aproximadamente a las tres horas, en el que el desarrollo experimenta una mejora considerable tanto en mecánicas como en el apartado técnico. Por un "rollo" de líneas temporales de por medio, el juego empieza a mostrar todo su potencial, primero en forma de gráficos y sonidos mejorados, ahora sí dignos de una consola de 16 bits de la época, y sobre todo por un diseño de escenarios mucho más trabajado que requiere poner en práctica todas las habilidades que has ido desbloqueando. Al principio tu ninja solo puede saltar y ejecutar dobles saltos aprovechando ciertos objetos del escenario, pero más adelante podrá trepar, lanzar un gancho para agarrarse a superficies, e incluso flotar en el aire, pudiendo montar unas coreografías bastante espectaculares a la hora de superar obstáculos o enfrentarse a los enemigos finales, que son unos cuantos y además están bastante bien diseñados.

Pero los cambios no terminan aquí. Cuando crees que el juego ha mostrado todas sus cartas, vuelve a reinventarse para ofrecer otra vertiente jugable más, esta vez adaptándose al  estilo metroidvania en el que visitarás nuevos niveles y revisitarás otros tantos en busca de un objeto concreto o para enfrentarte con un enemigo clave en la historia. A todo esto se suma el cambio de líneas temporales dentro de los propios niveles, dejando al descubierto un montón de rutas ocultas y secretos que antes eran inaccesibles, y aquellos escenarios que parecían vacíos al comienzo de la aventura, ahora sí, muestran todo su potencial. El mapeado está estructurado en niveles independientes que están interconectados en sus extremos, pero también puedes acceder a una especie de "hub" que permite teletransportarte a un reducido números de ellos, ahorrándote un tiempo precioso entre objetivos. Aún así, es cierto que hay mucho de recorrer niveles ya visitados, aunque siempre suele quedar algo pendiente, un secreto, una ruta que no habías descubierto anteriormente, que merece la pena explorar. En definitiva, todo estos cambios dan como resultado una aventura que está en constante metamorfosis, siempre mejorando a lo anteriormente jugado, y que puede darte entre quince y veinte horas de juego fácilmente. La dificultad está muy bien medida gracias a una curva asequible al principio, para luego experimentar un aumento considerable a mitad de la aventura que le sienta como anillo al dedo. Es un juego exigente pero nunca frustrante, y gran parte de culpa recae en un control del personaje exquisito, y un acertado posicionamiento de los puntos de guardado, que te obliga a ser muy preciso a la hora de superar determinadas secuencias.


Y es que hay muy pocos "peros" que ponerle. Quizá se echa en falta algo más de complejidad en el árbol de mejoras, ya que a la mitad del camino puedes tener prácticamente todo desbloqueado; o que los enemigos eliminados reaparezcan cada vez que vuelves a una pantalla ya superada. Aunque quizá el más importante sea ese inicio algo soso que puede suponer un obstáculo importante para los más impacientes. Pero una vez superada esa pequeña barrera, lo que te espera por delante es un grandísimo juego de plataformas rebosante de contenido de calidad que no deberías dejar pasar. Bajo esa apariencia de juego corriente, The Messenger se destapa como uno de los mejores homenajes a los juegos clásicos que se han hecho en los últimos años.

LO MEJOR
Mejora mucho a medida que avanza la aventura.
Mucho contenido de calidad.

LO PEOR
Los primeros compases resultan algo sosos. 

8/10

Creeping

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